(EL CONFIDENCIAL, 13.01.17)
El
prestigioso chef Bourdain advierte de lo que nunca debes pedir en un
restaurante
Las
especialidades son cosa de cada local. Con todo, se puede predecir a veces qué
platos no van a estar en buenas condiciones. Es lo que piensa el chef Anthony
Bourdain
Enfrentarse a la carta: tarea nada fácil. Las causas para ir a un local u otro
no están a veces muy definidas: el consejo de un amigo; la crítica que leímos
hace tiempo en un determinado medio; el deseo de probar algo nuevo, pero
indefinido; o, simplemente, que un día hemos pasamos por delante y el sitio nos
ha resultado particularmente atractivo. Acudimos a los restaurantes por pareceres
bastante irracionales y cuando llega el momento de seleccionar un plato nos
podemos sentir bastante perdidos si antes no nos hemos informado sobre los puntos fuertes del lugar.
¿Te gusta la carne muy hecha? Los peores cortes
pueden ser aprovechados por el personal, carbonizando la carne y escondiendo su
sabor.~
Si no disponemos de datos previos, un buen criterio para poder elegir es saber, precisamente, lo que nunca debes elegir, o sea,
pensar a la inversa. No podemos ofrecer claves sobre lo que no va a fallar
nunca en la mesa, ya que ello depende de las especialidades, de los productos,
de los conocimientos de los cocineros... Sí se pueden establecer, sin embargo,
pautas sobre lo que es probable que no vaya a funcionar. Por lo menos eso
asevera el veterano chef Anthony
Bourdain, antiguo jefe de cocina de la Brasserie Les Halles
de Manhattan. La estrella mediática habla sobre algunos de los platos y de las
prácticas que deberías evitar a toda costa en varios de sus libros. Veamos
detenidamente el sugerente elenco de consejos.
Carnes,
pescados y mariscos
¿Te gustan los filetes muy hechos? Pedir la carne cocinada de este modo suele ser la preferencia de
aquellos a los que en realidad no les entusiasma este alimento. Preparar la
carne demasiado hecha es una práctica que arrastramos desde el siglo XIX,
cuando era más difícil conservarla en buenas condiciones. Si te gusta de este
modo, que sepas que el restaurante te
la puede jugar. Los peores cortes, es decir, aquellos que están más
rancios o que carecen de sabor, pueden ser aprovechados por el personal,
carbonizando los filetes y sirviéndolos con un gusto un poco a quemado. Es
también fundamental escapar de la moda de la carne de vaca japonesa llamada
wagyu. Cuando el precio que aparece en la carta es demasiado bajo. Se trata de
un auténtico manjar que no puede estar presente en la carta de cualquier
restaurante.
No comas en un local que tenga los baños sucios. Si
el retrete no está en unas mínimas condiciones sanitarias imagina lo que pasa
en la cocina.
Respecto al pescado, ya se sabe. Nos podía gustar más o menos cuando
éramos pequeños, pero lo cierto es que nuestras madres no nos lo preparaban
jamás los lunes, ¿por qué, entonces, deberíamos encargarlo dicho día cuando
salimos a comer fuera? Bourdain ha sido siempre el gran defensor de que el día
perfecto para el pescado era el jueves, momento en el que los cocineros
encargan su compra en el mercado. A pesar de defender con ahínco en su libro 'Kitchen Confidential' que no se comiera jamás pescado los
lunes, Bourdain se ha retractado recientemente y con, excepción de aquellos locales
particularmente económicos, asegura que ahora el pescado se puede pedir cualquier día de la semana. Podemos ser
un poco más confiados también por lo que se refiere al sushi, si bien Bourdain
ha recomendado en declaraciones pretéritas ser especialmente precavidos por lo
que se refiere a los híbridos entre comida china y japonesa que ofrecen sushi
barato.
Atentos a las ostras y a los mejillones.
Importante tomarnos en serio el tema de las ostras pues que no estén en buenas
condiciones entraña serios peligros para la salud. Lo mismo ocurre con el marisco. Si es fresco, y no está
congelado, debería limitarse única y exclusivamente a los locales situados
cerca de la costa. Respecto a los mejillones,
Bourdain reconoce que no los come jamás a no ser que conozca al chef o haya
podido ver el producto con sus propios ojos, ya que advierte que el personal no
es muy escrupuloso con su manejo. Un solo mejillón en malas condiciones puede
arruinar al resto del producto sano.
Errores
mayúsculos
El brunch es una práctica que está sobrepasando las
fronteras del mundo anglosajón. La costumbre de juntar el desayuno y la comida
se está instaurando en países donde no era tradicional, ya que permite
aprovechar mejor las horas libres del domingo. Cocinarlo en casa puede ser una
opción polémica, pero viable; tomarlo en un restaurante resulta, por el
contrario, un craso error. La razón es que esta comida para vagos se suele
elaborar con los restos del viernes y
del sábado. El brunch suele estar preparado además por el equipo B del
restaurante y es donde muchos aprendices experimentan para poder adquirir el
oficio. Si esto ocurre en países donde el brunch es tradición, como en el Reino
Unido o en Irlanda, nos podemos imaginar lo que sucede tras los fogones de los
restaurantes del resto del planeta. Uno de los platos típicos de este
desayuno-almuerzo son los huevos con
salsa holandesa, un condimento que, literalmente, apasiona a las
bacterias que la colonizan de manera masiva. Advierte Bourdain que jamás ha
visto preparar esta salsa en el mismo día en que se sirve. ¿Unirte a la moda del brunch? ¿Estás seguro?
Regla de oro para Bourdain: no comas jamás en un restaurante que descuide los baños. Si el
local no es ni siquiera capaz de tener el retrete en unas mínimas condiciones
sanitarias o el suelo de los lavabos está particularmente sucio, imagina lo que
puede estar sucediendo en la cocina.
Pero la
mayor equivocación, el error más grave que puedes cometer, es, para
Bourdain, el de solicitar un plato que
no se encuentra en el menú. Si por motivos de dieta te encuentras
limitado en los alimentos o si no te gusta lo que ves escrito en la carta,
piénsatelo dos veces antes de hacer el papel de comensal 'outsider'. Los
camareros se enojarán al tener que explicar en la cocina tu extraña petición,
los cocineros tendrán demasiadas tareas como para centrarse en los detalles de
tu plato. La comida saldrá a la mesa con retraso y seguramente no estará bien
cocinada. En definitiva, te juegas que todo
el mundo acabe descontento (empezando por ti mismo). En resumen, una
alternativa menos inteligente que discutir incluso con el propio personal.
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ResponderEliminarSenhor Seixas da Costa:
ResponderEliminarEu leio-o todos os dias, bem seja no seu Facebook, bem seja neste blogue ou por vezes no jornal em que escreve. Por certo, não me deixa fazer comentários no seu Facebook porque ele diz:“ Esta persona alcanzó el límite de solicitudes de amistad permitido y no puede aceptar ninguna más”
Eu sou um namorado de Portugal, em especial do norte, como bom galego, e seguindo seus bons conselhos já almocei em alguns dos restaurantes que o senhor comenta. O último, o Lameirão, no que já comi uma outra vez, e descobri a aletria, uma sobremesa que soube dela pelo seu blogue.
Permita-me a licença de aconselhar um blogue gastronómico doutro paisano meu, também namorado de Portugal, que escreve maiormente do norte: www.comologoexisto.com
Cumprimentos.
Ramón Martínez, “Carqueixa”